
De camino a la ciudad, Kate deja una nota en el buzón dirigida al próximo inquilino de la casa del lago, pidiéndole que le envíe el correo que le llegue y avisándole que las inexplicables huellas de pata pintadas que puede ver al lado de la puerta de entrada ya estaban allí cuando ella se mudó a la casa. Pero cuando el siguiente inquilino llega, ve algo muy diferente.
Alex Wyler (Keanu Reeves) encuentra la casa muy abandonada: polvorienta, sucia, y el jardín invadido de maleza. Tampoco hay ninguna señal de huellas de patas por ningún lado. No hace caso a la nota de Kate hasta días después, mientras pinta el muelle, deteriorado por el tiempo, ve a un perro suelto correr sobre la superficie recién pintada y luego hacia la entrada de la casa, dejando sus huellas exactamente donde ella dijo que estarían.
Aturdido, Alex le escribe, contándole que no hubo ningún inquilino antes de él y preguntándose cómo ella podía saber lo del perro; a todo esto, Kate, que acaba de dejar la casa hace tan sólo una semana, piensa que él le está gastando algún tipo de broma y rápidamente le contesta, descubriendo que se comunican a través del buzón con dos años de diferencia.
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